¿Qué deben saber hacer nuestros estudiantes al terminar su enseñanza media? Esta es una de las grandes preguntas que debemos hacernos como institución educativa. Una de las grandes líneas de acción es pensar qué habilidades son fundamentales para un joven que se enfrenará a una educación superior y luego a una vida profesional. Y, particularmente, la escritura es una de las habilidades que toda persona debe tener.
“Escribir es una de las mejores maneras de aclarar y ordenar nuestro pensamiento”. Esta cita extraída de las Bases Curriculares es uno de los primeros argumentos que nos sirven para justificar la enseñanza la escritura. Debemos hacer que nuestros estudiantes puedan pensar estratégica y ordenadamente. Sin duda que es una tarea difícil y que muchas veces cuesta visualizar acciones concretas que ayuden a hacer realidad esta forma de enseñar.
Al leer un texto, el lector se enfrenta a un producto terminado. Sin embargo, entender realmente lo que hace un escritor significa mirar más allá del texto final. Un escritor pone en práctica acciones complejas que implican una reflexión constante durante todo el proceso de escritura. La perspectiva de la escritura como proceso permite al alumno establecer propósitos, profundizar las ideas, trabajar con otros, compartir sus creaciones y centrarse en diferentes tareas necesarias para la producción. De este modo, aprende que hay múltiples oportunidades de intervenir y modificar un texto antes de publicarlo y que cuenta con la posibilidad de obtener retroalimentación de los demás antes de lograr una versión final.
Esta cita, también extraída de las Bases Curriculares, nos ayuda a entender que la escritura debe ser entendida y enseñada como un proceso y no como un producto final, debido que siempre un estudiante debe comprender que todo lo que haga puede ser modificable y perfeccionado. La gracia está en que alguien debe decírselo.
Los niños y jóvenes del este siglo, seguramente, escriben mucho más que los del siglo pasado. Con la masificación de internet y las redes sociales nuestros estudiantes pasan gran parte del día leyendo o haciendo comentarios y también comunicándose. Todo esto en un tono informal. Y ¿qué pasa con la escritura formal? Sin duda que aquí está el problema: los estudiantes no están escribiendo de manera formal.
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