Los estudiantes Catalina Salinas y Benjamín Lara, de II Medio B del Liceo José Domingo Cañas, tuvieron una destacada participación en la ceremonia de imposición del Palio Arzobispal a Monseñor Celestino Aós, realizada en el Santuario del Cerro San Cristóbal, en la tarde del domingo 8 de noviembre. Catalina proclamó las lecturas bíblicas y Benjamín llevó la Cruz en la procesión de entrada y de finalización de la misa.
Los estudiantes fueron acompañados por el director Pastoral del establecimiento, profesor Mauricio Sepúlveda; y por la directora Ejecutiva de la Red Educacional Santo Tomás de Aquino, profesora Sandra Urrutia Bravo, quien se manifestó muy contenta y orgullosa por la misión que cumplieron los estudiantes en esta significativa ceremonia. “Es un orgullo para nuestra institución que estudiantes nuestros fueran seleccionados para participar de este importante acontecimiento”, señaló.
Qué es el Palio Arzobispal
Es una especie de estola pequeña, adornada con seis cruces de seda negra, es la insignia exclusiva de los arzobispos residenciales o metropolitanos, como es el caso del Arzobispo de Santiago, y significa la unión y comunión con el Papa.
“Recibir el palio, queridos hermanos obispos, me une más a ustedes. No para enseñarles sino para que yo aprenda de ustedes, de su sabiduría y de su ministerio” dijo monseñor Aós en su homilía, al recibir el Palio Arzobispal. “Hoy junto a la Virgen Inmaculada -prosiguió- Dios nos habla a nosotros los pastores, pero también a cada uno de ustedes, hermanas y hermanos: imitando al buen samaritano todos tenemos responsabilidad sobre el herido, que es el pueblo mismo y todos los pueblos de la tierra”, manifestó.
Luego, hizo un llamado a que “Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de nuestra sociedad chilena herida. Los líderes religiosos estamos llamados a ser auténticos dialogantes, a trabajar en la construcción de la paz. Es verdad que no debemos hacer política partidaria, propia de los laicos, pero ni siquiera nosotros podemos renunciar a la dimensión política de la existencia que implica una constante atención al bien común y la preocupación por el desarrollo humano integral”.
El arzobispo de Santiago también animó el diálogo con el Pueblo de Dios y hacer opciones de servicio: “El servicio es en gran parte cuidar de la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos”.
Juramento de fidelidad
En la ceremonia, monseñor Celestino Aós, hizo su profesión de fe y el juramento de fidelidad a la Iglesia. Momento en que declaró –ante el Nuncio Apostólico y la comunidad de fieles- que cree con fe firme y profesa todas y cada una de las verdades que están contenidas en el Símbolo de la Fe. Y juró ser siempre fiel a la Iglesia Católica y al Romano Pontífice.
En su juramento, además expresó: “Reconoceré y proveeré a la dignidad propia de los laicos y a la misión de los mismos en la Iglesia. Con peculiar solicitud favoreceré la genuina obra misionera de la evangelización de los pueblos”.
El mensaje del Papa
El Nuncio Apostólico expresó su alegría al cumplir con esta misión que le encomendó el Papa Francisco y explicó lo que significa este signo que se le impone a los arzobispos. “El palio es símbolo de unidad y señal de comunión con la sede apostólica. Se había retrasado esta celebración debido a las restricciones sanitarias, pero mientras tanto ha llegado otra señal preciosa de comunión con el sucesor de San Pedro, cuando el 25 de octubre pasado el Papa Francisco ha anunciado un Consistorio para la creación de nuevos cardenales, entre los que se encuentra nuestro querido hermano, monseñor Celestino Aós Braco. Parecía oportuno que la imposición del palio se celebrase antes de que fuera creado cardenal”.
Junto al palio, agregó el Nuncio, el Papa Francisco, “confiaba a los arzobispos una llamada a la oración, a la fe y al testimonio, invitaba a los arzobispos a ser hombres de oración, maestros de oración que enseñen al pueblo que les ha sido confiado por el Señor que la liberación de toda cautividad es solamente obra de Dios y fruto de la oración”. Y terminaba con esta invitación: ‘Enseñad a rezar, rezando. Anunciad la fe, creyendo. Dad testimonio con la vida’”.
Fuente: Comunicaciones Red Educacional Santo Tomás de Aquino y Comunicaciones Arzobispado de Santiago